Almudena se llamaba,
y se fue,
se fue para no volver,
yo no llegué a conocerla...
pero la empece a querer.
Y ahora quisiera saber,
saber que fue de ella
que un día al anochecer,
hace ya mas de tres meses
se fue para no volver.
Y es que hay vacíos que duelen
cuando apenas rellenados...
quieren desaparecer...
dejan desiertos helados,
soledades, mucho frío...
Y tiritando me asomo
con abrigos de papel,
a este blog
que yo gestiono,
por si quiere aparecer.
Que en tardes de soledades,
de partidas solitarias,
hay vacíos que no se llenan,
y silencios que te aturden
como petardos de feria....
NIEBLA.
Todos los vacios cuestan mucho para llenar, y más si son del corazón.
ResponderEliminarBesos
Si, y ademas producen embolias....je je je es una licencia
ResponderEliminara la broma.
Besos.
Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
buena poesía cargada de sentires
ResponderEliminarun saludo
Roberto
Cargada de sentires, es verdad, y nostalgias.
ResponderEliminarUn saludo.
¿Que habrá sido de Almudena?, siempre será un misterio, pero al menos ha inspirado un bonito recuerdo. Quizá ni lo merezca. O quizá tenga ignotas limitaciones. Quien sabe; es difícil saber los entresijos de las almas ajenas. Un abrazo
ResponderEliminarNunca sabremos los entresijos de las almas ajenas, como tu dices,
ResponderEliminarpero aunque los sepamos, los vacíos duelen siempre...
Gracias por asomarte y comentar los sentimientos de esta alma viajera,
que vaga por las encrucijadas de la poesía, para esconder soledades, nostalgias, y ausencias...
Buena semana de vacaciones con tambores y trompetas de las procesiones.
Hoy se me ha ocurrido salir a festearme viendo alguna, y no han salido por la lluvia...falta hace que llueva¡¡¡
Me enrollo como una persiana¡¡¡
Vale ya no diga mas.
Besos.