Estaba leyendo tranquilamente, junto al fuego, como cualquier tarde de ese frió invierno, cuando de pronto,
una gran inquietud sobresaltó su corazón que se puso a latir rápido y fuerte, tenia ganas de llorar, sin saber porque.
Empezó llamando a su hija al móvil, que no lo cogió, después a todas sus amigas, ninguna estaba con ella.
No tenia motivos para estar preocupada, solo eran las ocho de la tarde, casi nunca llegaba a casa hasta las nueve; pero su intranquilidad iba en aumento, tanto, que subió corriendo a su habitación a ponerse un abrigo, diciéndole a su marido, que se iba al hospital a buscar a su hija....
Ya tenia el abrigo puesto cuando sonó el teléfono, era del hospital...
_Vengan a por su hija, no se preocupen ya está bien, solo se ha partido un tobillo por una caída de la moto.-
RIGUROSAMENTE CIERTO.
¿Seguro que no eras tu la mujer de la premonición?
ResponderEliminarpara eso tienes un sexto sentido.
Besos
Siiiii, que fuerte¡¡¡
ResponderEliminarSexto sentido...
Acabo de ponerte un comentario en tus versos,preciosos...
Un abrazo.
Eso si que es fuerte Niebla. Ya me va a dar miedo hablar contigo jejeje. ¿Adivinas el futuro solo con leernos? jajaja.
ResponderEliminarMuchos besos.
Pues mira si, a ti te estoy viendo en todos los escaparates de las librerías:¡¡¡25 edición, ultimo libro de TERESA¡¡¡je je je
ResponderEliminarEso fueron dos casos puntuales, el de mi madre y el de mi hija....
Lo de los nietos....es normal, les pasa menos de lo podía pasarles, con los saltos y locuras que hacen...
Besotes guapa.