viernes, 9 de marzo de 2012

EL ABUELO.


Se pasea pensativo, 
solitario y aburrido,
tantos años conduciendo, 
y no puede hacerlo ya,
porque no le han renovado
el carnet de manejar...
No le dice nada a nadie,
pero cada día va,
hasta el hueco en su garaje
donde solía aparcar...
solo a mirar si otro coche
le ha pisado sus lindes,
aunque su coche no esta ...
Y es triste para el abuelo
que su coche era su amigo,
confidente, entretenido, 
que como a un perrillo fiel,
cada tarde de su vida
lo sacaba a pasear...
Sus oídos oyen poco,
sus ojos casi no ven,
que desolada tristeza...
la puñetera vejez. NIEBLA

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